Ortodoncia
En este momento, estamos asistiendo a un boom en la aparición de clínicas de estética que ofertan todo tipo de tratamientos. Pero en el resto de la sociedad, de nuestra cultura, esto es un hecho creciente. Peluquerías, spas, tiendas de moda, joyerías,… todo aquello que ayuda a embellecer a la persona está en auge y la cara y la sonrisa no son ajenas a ello.
¿Se puede mejorar el aspecto de nuestra sonrisa?
Se puede y en muchos casos con maniobras sencillas y que requieren poco tiempo. Ahora bien, como en el resto de la medicina, partimos siempre de un diagnóstico correcto del caso. Eso pasa por un estudio en el que habrá que realizar fotos de la cara, de la sonrisa, modelos de la boca, radiografías. Cada caso debe estudiarse de forma individualizada ya que no hay que olvidar que la estética tiene además de un componente cultural importante, otro componente subjetivo no menos importante, así que hay que adaptar el resultado propuesto a las características físicas y culturales del paciente.
¿Hay sonrisas que nos hacen parecer mayores?
Efectivamente, hay sonrisas que son propias de personas de edad avanzad, y que no muestran arrugas como la cara, pero si los efectos del paso del tiempo y a veces de un uso inadecuado. Es frecuente encontrarse con bocas que han sufrido un grado importante de alteración y que cuando el paciente sonríe, presente una imagen que no coincide con su edad cronológica.
Por ejemplo, una joven de 30 años, puede presentar un desgaste importante de sus dientes. Al sonreír no mostrará sus dientes superiores porque los ha acortado por desgaste, o mostrara los incisivos superiores con sus bordes irregulares, con pequeñas fracturas, formando una línea recta regular, cuando estos dientes tienen unos bordes que forman una imagen en alas de gaviota. Estos son signos claros de sonrisa envejecida y hay que procurarle tratamiento, no solo por estética, si no por función y por prevención, hay que procurar que la paciente no siga comiéndose sus dientes y eso requiere un tratamiento individualizado.
¿Cómo se puede corregir una sonrisa y obtener una sonrisa como la de la gente que sale en los medios de comunicación?
Disponemos de diferentes técnicas y procedimientos clínicos. Algunos más laboriosos y otros más conservadores. Por ejemplo, Vd. No está a gusto con el color de sus dientes, pero la forma y la alineación de los mismos es buena, pues puede hacerse un blanqueamiento dental. Que el resultado del blanqueamiento no acaba de gustarle porque prefiere tener los dientes más blancos todavía, pues nos plantearíamos carillas bien de resina o bien de cerámica, dos materiales que utilizamos como esmalte artificial.
Supongamos que el problema es la inadecuada alineación de los dientes. Pues se valora el caso y se ve si el tratamiento adecuado es la ortodoncia o alineación de las arcadas dentarias mediante aparatitos que van pegados a los dientes. Hoy en día disponemos de aparatos estéticos del color del diente que pasan desapercibidos a una distancia de relación social y que permiten tratamientos cómodos en adultos que trabajan de cara al público.
Otra posibilidad en estos casos de dientes mal alineados es lo que se ha llamado ortodoncia inmediata, que no es ortodoncia, pero si obtiene resultados en muy poco tiempo. Con unas horas en la consulta y mediante técnicas adhesivas, se va colocando esmalte artificial sobre los dientes y se van modelando de manera que al acabar el paciente tiene los dientes, aparentemente bien alineados y la sonrisa tiene unos parámetros más agradables que mejoran la estética facial. Los pegamentos para uso odontológico han supuesto una gran revolución en la forma de abordar diferentes tratamientos en nuestras consultas y permiten adherir al diente materiales sustitutivos del esmalte y de la dentina, como las resinas compuestas o la cerámica, con resultados estéticos altamente predecibles, duraderos en el tiempo y que bien manejados hacen prácticamente imposible que estos tratamiento sean visibles a un ojo no experto.
Estos materiales nos permiten corregir diferentes situaciones poco agradables a la vista como separación o espacio entre dientes, dientes pequeños por desgaste intenso por la masticación, reparar fracturas dentales reponiendo el fragmento dental perdido de forma invisible, corregir cambios de color o dientes oscuros, ya sea uno o varios dientes los que manifiesten este problema, malposiciónes dentales, situaciones en las que la proporción de diente no es la adecuada, por ejemplo, dientes muy estrechos, dientes con bordes irregulares o con microfracturas falta de simetría en la forma y el color de los incisivos centrales. La lista es demasiado amplia para poder enumerar todas las situaciones, Pero hoy la Odontología está en disposición de proveer soluciones a muchas situaciones que hace no mucho tiempo eran impensables.
¿Qué diferencia hay entre los materiales de uso más frecuente en estética dental, la cerámica y la resina compuesta que antes ha mencionado?
En general, porque nuevamente hay que ver cada caso, la cerámica requiere preparar el diente, tallarlo o rebajarlo previamente a su colocación y es un material que requiere ser procesado por el técnico de laboratorio. La ventaja de la cerámica es su estabilidad en el tiempo.
Las resinas en cambio, se colocan directamente en clínica. No suelen requerir una preparación previa del diente, por lo que habitualmente son más respetuosas con el diente al no tener que tallarlo para poder colocarlas. El inconveniente es que una resina bien realizada lleva mucho tiempo de sillón, en la que el paciente no puede irse a su casa, como pasa con la preparación de la cerámica en el laboratorio, así que dentista y paciente se tienen que armar de paciencia y además, las resinas requieren mayor vigilancia por parte del dentista ya que pueden cambiar ligeramente de color, lo que afortunadamente se corrige con facilidad mediante el pulido de su superficie.